Reelección indefinida
No es un problema crucial que la reelección indefinida de autoridades sea un
proyecto poco democrático, para perennizar un sistema hiper-presidencialista y
someter a los poderes del Estado a la voluntad del caudillo, sino los temas que
se esconden en el doble discurso. Casi nada sobre el incremento de combustibles
y de la electricidad; la viabilidad de la propuesta de matriz energética y del
cambio de cocinas de inducción o de los indicadores del narcotráfico. Todo pasa
a segundo plano.
La atención oficial se centra en la relación entre reelección y
democracia sobre un soporte de triunfalismo electoral casi oportunista del líder
mesiánico, pero eclipsa la situación económica del país. La figura de
eternización gubernamental no requiere de una consulta popular porque se
legitima en una Asamblea de mayoría oficialista. En tanto, el partido de
gobierno propone 24 leyes para este año en torno al uso del suelo, manejo y
distribución del agua, la normativa laboral y de seguridad social, el incremento
del precio de combustibles y la explotación de recursos naturales.
El debate oficial anula la negociación de la deuda exterior y el
requerimiento de créditos que ahora se centran con China y la venta anticipada
de petróleo. Los subalternos financistas del Régimen esconden la necesidad de
volver a un entendimiento con el Fondo Monetario Internacional y las relaciones
con antiguos acreedores.
Varios analistas consideran que el Banco Central utiliza balances con
vacíos puesto que los recursos petroleros están comprometidos y el excesivo
gasto fiscal no se podrá mantener por mucho tiempo. Así, el IESS casi no logra
cubrir la atención a los afiliados y jubilados: prueba de esto es el reclamo de
los hospitales y clínicas privadas. Desde hace cinco años las puertas de varios
organismos de crédito están cerradas por la declaratoria internacional de ‘deuda
inmoral e ilegítima’.
La cortina de humo se complementa con agasajos y despedidas a la
Selección de Fútbol al Mundial de Brasil, la supuesta intención de captura al ex
presidente Jamil Mahuad y la controversia a las sentencias judiciales en favor
de la opositora Mery Zamora y los ‘twitteros’ que habrían intercedido en la red
informática del Gobierno. ¿A quién le interesa la reelección indefinida si nadie
puede debatir sobre economía y la cercanía al abismo que ahora experimenta
Venezuela?
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