Como nunca la política ha desprestigiado tanto a la zoología como a los espectáculos artísticos. La insensata inscripción de candidaturas para lograr una mayoría en la Asamblea incorporó analfabetos en política, leyes y administración financiera. Los grupos políticos demostraron absoluta inmadurez e ignorancia sobre los efectos devastadores que podría ocasionar improvisar nombres y colocar figuras de farándula, personalismos de pantalla, cultivar el caudillismo de tarima, difundir clientelismo futbolero y exagerar un populismo ortodoxo, cuyos espectros oníricos conducirán la institucionalidad
del país.
Ese oscurantismo visto a través del humor político de un asno negado de participar en elecciones no es tan dañino como la realidad de votar por quienes se desempeñan después como “alza manos” parlamentarios. Conducta relacionada con el silencio de los borregos -antes de ser trasquilados-, que bregan como estériles mentales de un Estado que no debate nunca políticas públicas ni fiscaliza a nadie.
Solo la mediocridad recalcitrante aprobaría asesinar niños en gestación y, a la vez, prohíbe matar toros en un espectáculo propio de la tauromaquia. Acaso ¿es democracia un sistema donde se liberan delincuentes peligrosos, mientras se persiguen periodistas y encarcelan choferes apurados?
Jamás los espectáculos artísticos itinerantes fueron tan catastróficos en su dinámica como los políticos incoloros e inútiles. Nunca. Ni la historia del circo ni del zoológico, fue equiparada con una monarquía demoledora, basada en un rey caprichoso que intenta eliminar la separación de poderes y absorber a la prensa como parte de su séquito.
Algo como si un domador de animales acapara la función y decide con quién baila y la pieza que le tocan los músicos; luego, quisiera concentrar la taquilla del circo eternamente porque unos bufones ya salieron premiados por hurtar lo recaudado. Parecido a dejar abiertas las jaulas del zoológico hasta el próximo 17 de febrero, pero sin permitir que los murciélagos se acerquen porque le restarían espectacularidad al traga-
fuegos.
En fin, si para ser profesor de universidad es necesario título de máster y PhD, al menos los binomios: Gutiérrez-Boyes, Noboa-Azín, Zavala-Cevallos, Acosta-Caicedo, Lasso-Solines, Rodas-Manzano, Wray-Mendoza y Correa-Glas tendrían que adjuntar sus diplomas y ocho programas de gobierno o, al menos, sus respectivas disculpas para el circo y los zoológicos por permitir que crezca la zoo-política y la circo-cracia.
Circo-cracia : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo
lunes, 26 de noviembre de 2012
domingo, 18 de noviembre de 2012
Cantinflada electoral : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo
Cantinflada electoral : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo
Un guion genial para Hollywood sería la inscripción de candidaturas para las próximas elecciones. Los Tres Chiflados sostendrían a la entrada del CNE carteles: uno con la palabra “inscripciones”, más allá otro que diga “reemplazos” y el tercero solo se ríe. Los alocados e ininteligibles presidenciables buscarían sus binomios entre sus guardaespaldas, esposas, delanteros de la Tri, músicos favoritos, en las fiestas del Yamor o la Mama Negra; por último, hasta en el concierto de Marilyn Manson.
La desesperación los obligaría a sacar nombres de la Selección de Fútbol, alguna comedia de televisión, un concurso de canto o de belleza. Se organizaría una carrera de bicicletas para que los ciclistas de Telecomunicaciones, Talento Humano y Finanzas no puedan alcanzar al binomio cabecilla.
Cantinflas llegaría con terno gris oscuro y una camisa blanca con bordados elaborados por las artesanas de Zuleta y un cinturón debajo de la cintura. La gente, agolpada en el trayecto, querría tomarse fotos y gritar vivas, mientras su binomio vestiría un terno con corbata verde agua, a bordo de una bici montañera, con su padre de la mano de un niña embarazada.
Atrás 15 candidatos alineados a asambleístas nacionales, junto a sus suplentes, tratarían de ganar a los ciclistas disfrazados de Quico y Pinocho y las ministras, con una mezcla entre la India María y la Chilindrina, pondrían zancadilla a los que vienen en silla de ruedas.
Todos buscarían inscribir movimientos y comparsas sin credenciales políticas ni ideologías. Unos personajes risueños se elegirían a dedo para armar con marketing listas electorales forzadas. Sin programas ni matices quedaría un líder de la involución ciudadana.
En tramoya, el autoritarismo y arbitrariedad se convertirían en una parodia de soldados nazis con un Chaplin disfrazado de Hitler. En cada papeleta se escribiría: quien no informe a los vocales electorales las inscripciones será removido del cargo o tendrá que rapear la canción PAIS y gritar la consigna: “Alerta, alerta, alerta que camina la espada de Bolívar por América Latina”. Cierre y aplausos.
Un guion genial para Hollywood sería la inscripción de candidaturas para las próximas elecciones. Los Tres Chiflados sostendrían a la entrada del CNE carteles: uno con la palabra “inscripciones”, más allá otro que diga “reemplazos” y el tercero solo se ríe. Los alocados e ininteligibles presidenciables buscarían sus binomios entre sus guardaespaldas, esposas, delanteros de la Tri, músicos favoritos, en las fiestas del Yamor o la Mama Negra; por último, hasta en el concierto de Marilyn Manson.
La desesperación los obligaría a sacar nombres de la Selección de Fútbol, alguna comedia de televisión, un concurso de canto o de belleza. Se organizaría una carrera de bicicletas para que los ciclistas de Telecomunicaciones, Talento Humano y Finanzas no puedan alcanzar al binomio cabecilla.
Cantinflas llegaría con terno gris oscuro y una camisa blanca con bordados elaborados por las artesanas de Zuleta y un cinturón debajo de la cintura. La gente, agolpada en el trayecto, querría tomarse fotos y gritar vivas, mientras su binomio vestiría un terno con corbata verde agua, a bordo de una bici montañera, con su padre de la mano de un niña embarazada.
Atrás 15 candidatos alineados a asambleístas nacionales, junto a sus suplentes, tratarían de ganar a los ciclistas disfrazados de Quico y Pinocho y las ministras, con una mezcla entre la India María y la Chilindrina, pondrían zancadilla a los que vienen en silla de ruedas.
Todos buscarían inscribir movimientos y comparsas sin credenciales políticas ni ideologías. Unos personajes risueños se elegirían a dedo para armar con marketing listas electorales forzadas. Sin programas ni matices quedaría un líder de la involución ciudadana.
En tramoya, el autoritarismo y arbitrariedad se convertirían en una parodia de soldados nazis con un Chaplin disfrazado de Hitler. En cada papeleta se escribiría: quien no informe a los vocales electorales las inscripciones será removido del cargo o tendrá que rapear la canción PAIS y gritar la consigna: “Alerta, alerta, alerta que camina la espada de Bolívar por América Latina”. Cierre y aplausos.
martes, 13 de noviembre de 2012
¿Rectificación? : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo
¿Rectificación? : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo
Lo que faltaba: otro zarpazo a la libertad de informar sufre este Diario por presentar las cifras del gasto en publicidad oficial del Gobierno durante el año electoral. Aunque cualquier usuario de Internet puede ingresar al Centro de Monitoreo de la Corporación Participación Ciudadana (CPC) y encontrar en detalle datos precisos sobre el costo de cuñas y spots, el Régimen acude a una demanda de acción de protección para obligar a una rectificación cuestionable e intenta silenciar el proceso judicial. Esta vez, pide un espacio de primera página con disculpas y extras, pese a que ya fue colocada una carta de réplica.
Esta medida debería aplicarse para defender a ciudadanos comunes, mas no a instituciones del poder estatal. La guerra gubernamental continúa contra los medios críticos planteados como antagónicos y malignos. A través de una vieja ley de 1975, de la dictadura militar, se procesó a varios medios independientes “por atentado contra la seguridad nacional”, que en realidad consiste en atemorizar a periodistas y críticos hasta provocar autocensura. No es nuevo, la SIP y otros organismos internacionales consideran que existe una sistemática intención de callar, de forma progresiva y estudiada la divulgación de informaciones de interés público que afecten la imagen del autoritarismo populista.
El problema de la libertad de informar siempre tiene que ver con el conocimiento y el poder establecido. En Ecuador se acentúa por la sobreabundancia de información que debe ser sesgada en tiempos electorales y se adopta un modelo de control combinado con ignorancia política. Tras desintegrar o confundir nuestra visión del mundo y la realidad demagógica en que vivimos se oculta la intención de llegar a las urnas sin observadores ni fiscalizadores.
¿Es la solución arremeter contra los medios, controlar los contenidos, prohibir cifras de gasto electoral? Roger Shattuck, en su libro ‘Conocimiento prohibido’, dice que el problema no es la censura al medio, sino quién maneja nuestras mentes y con qué intenciones. Un candidato incomprendido siempre querrá transformar el país, pero como para él todos se empeñan en impedírselo y, como somos desubicados, tal vez no lo elegimos. El rechazo será producto de un país que muere, es decir, un sector social que pierde privilegios y se resiste a desaparecer. ¿Quién es el que debe rectificar? ¿El político o el medio?
Lo que faltaba: otro zarpazo a la libertad de informar sufre este Diario por presentar las cifras del gasto en publicidad oficial del Gobierno durante el año electoral. Aunque cualquier usuario de Internet puede ingresar al Centro de Monitoreo de la Corporación Participación Ciudadana (CPC) y encontrar en detalle datos precisos sobre el costo de cuñas y spots, el Régimen acude a una demanda de acción de protección para obligar a una rectificación cuestionable e intenta silenciar el proceso judicial. Esta vez, pide un espacio de primera página con disculpas y extras, pese a que ya fue colocada una carta de réplica.
Esta medida debería aplicarse para defender a ciudadanos comunes, mas no a instituciones del poder estatal. La guerra gubernamental continúa contra los medios críticos planteados como antagónicos y malignos. A través de una vieja ley de 1975, de la dictadura militar, se procesó a varios medios independientes “por atentado contra la seguridad nacional”, que en realidad consiste en atemorizar a periodistas y críticos hasta provocar autocensura. No es nuevo, la SIP y otros organismos internacionales consideran que existe una sistemática intención de callar, de forma progresiva y estudiada la divulgación de informaciones de interés público que afecten la imagen del autoritarismo populista.
El problema de la libertad de informar siempre tiene que ver con el conocimiento y el poder establecido. En Ecuador se acentúa por la sobreabundancia de información que debe ser sesgada en tiempos electorales y se adopta un modelo de control combinado con ignorancia política. Tras desintegrar o confundir nuestra visión del mundo y la realidad demagógica en que vivimos se oculta la intención de llegar a las urnas sin observadores ni fiscalizadores.
¿Es la solución arremeter contra los medios, controlar los contenidos, prohibir cifras de gasto electoral? Roger Shattuck, en su libro ‘Conocimiento prohibido’, dice que el problema no es la censura al medio, sino quién maneja nuestras mentes y con qué intenciones. Un candidato incomprendido siempre querrá transformar el país, pero como para él todos se empeñan en impedírselo y, como somos desubicados, tal vez no lo elegimos. El rechazo será producto de un país que muere, es decir, un sector social que pierde privilegios y se resiste a desaparecer. ¿Quién es el que debe rectificar? ¿El político o el medio?
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