Primo, ¡fuera!
Cada fin de año los gobernantes deben rendir cuentas. Mostrar pulcritud, honestidad y excelencia. Esta vez, el final agridulce le llegó al único que le interesó que el 21 de diciembre se acabe el mundo: Pedro Miguel Delgado Campaña, el primo más célebre de la gloriosa y fastidiosa revolución ciudadana.Como cualquier diciembre, Papá Noel llega con un costal cargado a sus espaldas y un grave y sonoro Ho Ho Ho. Pero al bajar la chimenea se queda absorto cuando lee una carta de algún niño que dice: “Día durísimo. Verificamos que Pedro Delgado había presentado un título falso en el INCAE y le ha hecho un grave daño a la revolución”.
Asombro total. El pariente de Correa no era ni titulado ni egresado como economista de la Universidad Católica y se involucró en el delito de falsedad ideológica, tipificado en el artículo 337 y 338 del Código Penal, con reclusión de nueve a 12 años, donde una verdadera Fiscalía de cualquier país del mundo tendría que apresarlo.
El viejo de barba blanca y traje rojo se sonroja. Revisa que falsearon su libro, que recibió en la Navidad de 2011 de regalo una casa con piscina en Miami de 385 mil dólares. Que presidió el fideicomiso AGD CFN ‘No más Impunidad’ con el control de todos los bienes muebles e inmuebles de la banca cerrada, tras la crisis financiera de 1999-2000 cuando presidió el Consejo Temporal de Liquidación de los bancos Azuay, Bancomex, de Crédito, Finagro, Popular, de Préstamos, Progreso, Solbanco, Tungurahua y Unión. Repasa en su lista que el embustero universitario dirigió la Unidad de Gestión y Ejecución de Derecho Público y presidió el Banco Central del Ecuador y que tiene otro departamento en el “Ocean Reserve & Ocean View”. Ubicado en el país de los paraísos fiscales; Delaware, Nevada y Wyoming, según el primo presidente.
El desilusionado e enfurecido Noel se va con renos y todo al Congreso gringo para evitar la influencia de Irán, pues Delgado además gestionaba el Consejo Monetario Regional del Sucre, que realiza acuerdos comerciales con Irán. Este solo renuncia, pero Noel coloca en sus manos el libro ‘La Peste’, de Albert Camus, quien acerca de sus diez palabras favoritas, responde: el mundo, el dolor, la tierra, la madre, los hombres, el desierto, el honor, la miseria, el verano, el mar. Pero ahora falta la palabra ‘el primo’…“¡fuera!”.
