Agua y fútbol : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo

Agua y fútbol 

La Ley de Aguas y la eliminación del Mundial de Fútbol 2014 tienen mucho de
parecido. La hinchada y la cantidad de convocatorias no tienen ningún peso a la
hora de las definiciones. La bandera nacional sirvió como un toque folclórico,
pero nada más. La autoridad del agua será única y no permitirá insertar ese
carácter plurinacional ni a las comunidades como se exige en la Constitución.
Asimismo, la selección de fútbol tendrá que regresar, pese a todo el carácter y
temple dejado en la cancha.






Con la Ley algunos dicen que no está privatizada, pero tiene el rechazo
de los principales líderes indígenas porque ya está privatizada, según asegura
Salvador Quishpe. De ahí la importancia de las movilizaciones convocadas por
Marco Guatemal y otros. Lo principal es que no se aprobó el Fondo Nacional del
Agua y que no existe cuidado al tratar el caudal del agua, pues se permite la
explotación del oro en su recorrido.






Los que explotan el oro son compañías extranjeras igual que las empresas
mineras que se ubicarán en las fuentes de agua. El futuro de los futbolistas
siempre es incierto, pero esto funciona como un símil para la explotación de los
recursos naturales. En la explotación minera se produce una contaminación del
sistema hídrico y en muchos seleccionados la prepotencia encubre la realidad del
deporte.






El desarrollo económico y social debería estar relacionado con las leyes
y representar la pluriculturidad de todo un país. La Ley de Aguas no considera
las miles de comunidades indígenas ni a los pueblos ancestrales. El fútbol solo
versa por resultados, quienes hacen goles siguen y los que se quedan fuera
fueron los que erraron en el arco.






Los errores de la FIFA a nadie le importan. La autoridad no se percata de
la sabiduría ancestral ni por el adecuado y justo manejo de los recursos
naturales. La eliminación de un equipo de fútbol, por muy brillantes que sean
sus figuras, a pocos les interesa. Tal vez un grito, una marcha, un reclamo,
pero nada más. La Tri se quedó afuera y ya está aprobada la Ley de Aguas. Pero,
¿a quién le importa?