Indefendible y polifónico por el interés de sus palabras. Cuando el candidato a vicepresidente Jorge Glas dio una rueda de prensa sin opción de preguntas para refutar un supuesto plagio de su tesis de grado o al menos de una parte sustancial como es el marco teórico parece que cantaba al concluir su exposición, el legendario estribillo ranchero ‘Pero sigo siendo el rey’, en algún karaoke de esquina, al concluir las fiestas de fin de año.
Su obra: ‘Implementación de una red de última milla inalámbrica de transmisión de datos a nivel nacional para servicios portadores’ se puede descargar del portal ‘Rincón del Vago’ como cualquier letra de canción bajada en Internet. ¿Verdad que Sandra Correa se quedó corta? ¿Cuántas páginas fueron copiadas? ¿Firmó documentos como si fuera ingeniero eléctrico cuando ya era titular del Fondo de Solidaridad? ¿Por qué la Espol es categoría A entre las universidades si aprobaría un plagio?
¿Cuál fue el aporte intelectual de su compañero de tesis Luis Calle Gómez? ¿De qué excelencia educativa nos hablan cuando obligan maestrías y Phd para docentes pero no interesan para ejercer cargos públicos pre-eminentes o se usan plagios y títulos falsos? ¿El primo Delgado y Glas son embaucadores diferentes? ¿Hay más? ¿Y Senescyt, Fiscalía, Contraloría… para qué?
Los aliancistas PAÍS al unísono aplaudían y como si corearan de Julio Jaramillo ‘Devuélveme el corazón’, justificaban el discurso borrado de la tal ‘meritocracia’, que ya corearon y silbaron en el estadio de Aucas. ‘Pensarás que a qué he venido/si ya todo ha terminado/piensas que cariño pido/pero te has equivocado’.
A lo lejos, la embajadora de Ecuador en Estados Unidos, Nathalie Cely, tararea la letra de Arjona: ‘Empacó un par de camisas, un sombrero/ su vocación de aventurero seis consejos 7 fotos mil recuerdos/ empaco sus ganas de quedarse/ su condición de transformarse/en el hombre que soñó y no ha logrado’. Es que la visa de Pedro Delgado fue revocada.
Con esos primos y binomios para qué enemigos diría el sabio, aunque el Gobierno siga exhibiendo su relato con un ropaje magnífico para apedrear chivos expiatorios. ‘De allá del monte del sufrimiento/Llorando viene, llorando el viento/Va cabalgando sobre la pena/Viene anunciando que Pedro ha muerto/El suave viento, su amigo eterno/Que ayer cantaba con sus canciones/Hoy solo tiene dolor de infierno/Y entre sus alas cien mil crespones’. A quién le toca canturrear el resto cuando no se produce política, sino hechos y cuando ‘el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones’.
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