domingo, 7 de diciembre de 2014

Silencio festivo : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo

Silencio festive

El primer día de 2015 entrarán en vigencia
reformas legales ,como los denominados incentivos a la producción y la
prevención del fraude fiscal. Si bien la sensibilidad de una mayoría de
ciudadanos percibe cierta falta de debate sobre temas como la pretendida
reelección indefinida de autoridades, el escaso conocimiento sobre el impacto de
las enmiendas constitucionales se vuelve un tema crucial tapiñado tras la
propaganda oficial. La elaboración de árboles de Navidad y la publicidad sobre
las enmiendas suenan a un mismo regalo de fin de año.

La falta de debate en temporada festiva
acostumbra al público a tejer un universo de paradojas. Por ejemplo, el problema
del transporte urbano mostró con velocidad la ironía de la política que juntó al
Alcalde de Quito, a la Chilindrina y al presidente Correa en el balcón de
Carondelet. Hacia afuera, ya en la banca de la plaza, queda lo crítico, pues no
es la forma de financiamiento y cobertura para una obra colosal el dilema sino
que la construcción de un metro, quizá, no es la solución precisa para la
movilidad de esta ciudad.





En sí la rutina festiva nos adapta a muchas
noticias veloces como las recurrentes capturas de narcotraficantes, con
toneladas de droga incautada y detección de pistas de aviación de mafias
organizadas, pero nunca a cuestionar las pocas sentencias emitidas por los
jueces en estos operativos policiales. ¿Por qué de las detenciones y operativos
con poca coherencia? Yasunidos y sus detenciones para evitar su participación en
la Cumbre climática en Lima, Perú, no pueden pasar a segundo plano por
producirse en época de celebraciones.



Sin embargo, el mayor de los silencios es
evitar disertaciones sobre una consulta popular. Nace un particular análisis en
torno a la legitimidad institucional de los organismos de gestión electoral que
detienen ciertos procesos. La entrega de formularios para la recolección de
firmas se vuelve otra paradoja de la cosa política. El silencio festivo puede
ser la estratagema dañina de un poder que quiere jugar con los elementos
propicios para colocar un mensaje de olvido pasajero.

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