sábado, 22 de febrero de 2014

Independencia electoral

Por Kléber Mantilla Cisneros

Las elecciones para nombrar alcaldes, prefectos, concejales y miembros de las juntas parroquiales llegan a su día crucial. El Consejo Nacional Electoral (CNE) tendrá que mostrar independencia del Ejecutivo aunque sea en el último día. La historia escribirá, de ser el caso, las primeras derrotas de la llamada revolución ciudadana junto a la arrogancia que perduró hasta la víspera. Dudar y no suspender un enlace sabatino o llamar al voto nulo, por supuesto, son errores que los electores interpretan.

En segundos, todo puede cambiar. Los instantes decisivos construyen y consolidan triunfos y derrotas políticas. ¿Alianza PAÍS escogió mal sus candidatos o es que el pueblo tiene derecho a replantear su votación? ¿El Presidente quiso ser el único jefe de campaña, dueño del Estado, de todo, y al final, eso le está pasando factura o es que el discurso dramático y apocalíptico contra la revolución ciudadana suena como a chantaje emocional y la gente lo percibe? ¿Cada que aparece un candidato verde a lado de Correa se consolida un dependiente y otro voto perdido o es que, hace tiempo, se acabó la ideología, ni derecha ni izquierda, y se consolidó un autoritarismo versus resistencia?

Ahora el pueblo quiere transparencia, vigilancia y monitoreo real de las elecciones. El desarrollo deliberante transparente de lo que ocurre en los recintos, juntas receptoras y rutas de transportación de los kits electorales. El ciudadano requiere que se cumplan los horarios correctos del proceso, la entrega del material electoral, que se evite el proselitismo político y se cumpla con el conteo diáfano de resultados.

Este domingo se confirmará si el correísmo sumaba con una sola persona o si en cada aparición pública el Presidente restaba votos a sus candidatos. Además, los encuestadores del oficialismo tendrán que explicar si el estilo presidencial afectó o no los resultados en las principales ciudades y si el personalismo de la política debe continuar. Alguien tendrá que explicar por qué la arrogancia y los rasgos de la personalidad eufórica tienen que separarse de los proyectos políticos y de los intereses mayoritarios. Si de los errores se aprende alguien, al final del día, tendrá que explicar las equivocaciones de la propaganda oficial y reflexionar sobre si la presencia del Presidente es aún suficiente para ganar en las urnas.

El correísmo tendrá que revisar si la concentración del poder se puede entender como democracia o si la arquitectura institucional local debe volver a su independencia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario