martes, 5 de noviembre de 2013

Putin y Correa : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo

Putin y Correa
Los asilos políticos de Assange y Snowden, prófugos de la justicia internacional, centraron la atención de la prensa durante la última gira de Correa. La posición ‘anti-yanqui’ de los mandatarios fue evidente cuando sostuvo que el espionaje masivo es ‘una forma de imperialismo’ en beneficio de las transnacionales estadounidenses, pero no mencionó a las empresas chinas o rusas. Al salir del Kremlin, las agencias internacionales explicaron que los rusos financiarán la central eléctrica Termo-gas Machala y las empresas Inter Rao Export y Ferrocarriles Rusos se insertarán en la economía ecuatoriana.

Vladímir Putin y Rafael Correa tienen semejanzas: se presentan como líderes cautivadores de masas o magos del proyecto común de la omnipotencia estatal. Putin ha tenido relaciones conflictivas con funcionarios que pasaron de padrinos del Kremlin a enemigos públicos número uno: Borís Berezovski, líder de la oposición rusa o el exjefe del imperio petrolero Yukos, Mijaíl Jodorkovski y del exmagnate del grupo de comunicación Mediamost, Vladímir Gusinski, marcados como acérrimos enemigos. Correa también diferencia entre los suyos y los ajenos y convierte a sus oponentes en enemigos.

Putin no apela al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo ni a los medios de comunicación y los gobiernos extranjeros para dirimir los problemas de Rusia. Correa y Putin casi no permiten cuestionar a su régimen ni desafiar su poder. El gobierno ecuatoriano amenaza con salir de la CIDH que se contraponen a la visita de organizaciones sociales y periodistas a su sede para exponer casos de violación de la libertad de expresión en Ecuador. Para ambos mandatarios, la alternancia democrática con la oposición se realiza con reglas de juego dictadas desde el Kremlin o Carondelet.

Putin mantiene a sus enemigos asustados, encarcelados, perseguidos o en plataformas de lucha minoritarias y en el exilio. Correa pide sanción a las asambleístas de su partido por plantear un debate abierto sobre la despenalización del aborto y reprime las protestas estudiantiles. Putin fue ex agente de la KGB y se le imputan actos de terrorismo contra activistas chechenios, mientras en la administración de Correa puede haber más víctimas inocentes de los pueblos no contactados por la explotación anunciada del Yasuní.

Al periodismo le tocará tomar distancia de los perfiles omnímodos.

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