lunes, 30 de septiembre de 2013

Incendios forestales : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo

Incendios forestales
Quito perdió 384 hectáreas de bosques que representan el pulmón de la urbe. La última oleada de fuegos a nivel nacional cambió la percepción que tiene la ciudadanía sobre la prevención de desastres. El registro de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos contabiliza más de 254 incendios forestales durante septiembre. Unas 1.800 hectáreas arrasadas entre pajonales, pastizales y bosques en las provincias de El Oro, Cotopaxi, Pichincha e Imbabura.

¿Cómo la población debe enfrentar la prevención, manejo y mitigación de desastres? ¿No fue suficiente destinar USD 2,3 millones para equipamiento y tecnología el último año? ¿Cuántas hectáreas quemadas son responsabilidad de incendiarios y cuántas lo son por la imprevisión del gobierno central y local? ¿Por qué se ofrecen recompensas para capturar pirómanos y practicar detenciones como alternativa sin actuar de forma más sostenida sobre la prevención?

La catástrofe ambiental ha expuesto una sarcástica economía del fuego en las cercanías de los flagelos y anuncia la posible intención de capitalizar los servicios de emergencia bajo la antítesis entre los que queman y los que apagan. El discurso político implementó el recurso del ‘estado de excepción’ en la provincia de Esmeraldas como otra salida. Durante dos meses se prohibió ahí la emisión de permisos para cortar árboles primarios.

La propuesta fue ‘frenar la tala del bosque nativo’ y promover un manejo forestal sostenido. Es que si se suma a los incendios, el paulatino desastre de la deforestación urbana y de los santuarios forestales, se impone una obligada revisión de la política de conservación, vigilancia y repoblación vegetal en el país.
Conclusión: Los bosques nativos se convirtieron en el discurso oficial de la máxima autoridad ambiental. El saldo es que se ha salvaguardado la productividad focalizada en la industria maderera y, de alguna manera, conservar especies vegetales únicas, pese a que suene tan contradictorio este principio frente a la propaganda sobre la explotación petrolera en el parque Yasuní. No siempre se puede recuperar de las cenizas el patrimonio que se pierde.

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