viernes, 27 de septiembre de 2013

‘Mano sucia’ : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo

‘Mano sucia’
El Gobierno presentó la campaña ‘La mano sucia de Chevron’ como estrategia política comunicacional que hace un contrapeso a las críticas por la explotación del crudo en el parque Yasuní. Coincide esta arremetida con la autorización de la Asamblea para la intervención en este santuario megabiodiverso.

A manera de penitencia, los asambleístas aprobaron que se suspenderán las actividades si existiese un avistamiento de los pueblos en aislamiento voluntario: Tagaeri o Toromenane, sin especificar quiénes serán dichos observadores. Tampoco se hizo referencia alguna al monitoreo de impacto que sufrirán las especies animales y vegetales.

La propuesta para paliar esta decisión fue mostrar imágenes de las manos del presidente Correa embarradas con petróleo. El escenario se ubicó en una de las piscinas del pozo Aguarico 4 de Sucumbíos, explotado por la Chevron desde 1974 a 1986. Una corte ecuatoriana sentenció una indemnización de USD 19 mil millones por daños ambientales, un millón más de lo que se espera recaudar con la explotación del ITT.

Sin embargo, la firma estadounidense denunció un presunto fraude y pidió a un tribunal de arbitraje de La Haya que sea el Estado ecuatoriano el que asuma tal monto. Un fallo parcial del juicio exonera a la petrolera y sus afiliadas de responsabilidades por cualquier reclamo de interés público. La próxima audiencia se efectuará en 2014, un mes antes de las próximas elecciones de gobiernos seccionales.

La estrategia oficial de explotar el crudo se evidencia en una agresiva campaña de publicidad. Promocionan obras de vialidad, salud e infraestructura, pero se contradicen con los testimonios sobre diversas enfermedades. El cáncer es el resultado de convivir con la explotación petrolera durante los últimos 30 años. Los afectados contribuyeron con la campaña ‘La mano sucia de Chevron’, pero sus devastadores ejemplos no se promocionan cuando se trata del Yasuní.

El mensaje sobre la explotación del crudo requiere de las comunidades, específicamente, de la nacionalidad shuar, pues la propaganda se ha focalizado en la zona ofreciendo proyectos de vivienda y la entrega del bono solidario. La estrategia insiste en los supuestos beneficios de la explotación petrolera del Yasuní, pero es nula para promover la investigación científica, el turismo ecológico y la explotación de plantas medicinales. ¿La mano sucia de quién es?

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