domingo, 25 de agosto de 2013

Herencia Yasuní : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo

Herencia Yasuní
Kleber Mantilla

Los movimientos políticos, sociales, universidades, politécnicas, las sociedades científicas e incluso las Fuerzas Armadas requieren unidad y diálogo si se intenta organizar la consulta popular que detenga la explotación petrolera en el parque Yasuní. Con 571.000 firmas se podrá imaginar una aplastante mayoría de gente con coraje que antepone la defensa territorial de su patrimonio nacional más grande y megabiodiverso ante la depredación estatista simplista de la naturaleza a ultranza.

Eso sí, queda sobre el tapete que se trató de una estratagema política para obtener crudo cerca de una refinería. Queda la argucia falaz que requirió fortunas en publicidad y viajes sólo para enredar un discurso ‘verde’ dentro del conservador modelo de progreso. Queda en evidencia el modelo de Estado asistencialista y clientelar, que durante los últimos seis años no acabó con la miseria ni la pobreza, pese a contar con el presupuesto más alto de su historia. Queda una deuda pública que bordea los 20 mil millones y el pretexto de arrasar con una reserva natural sólo para pagar deudas como las contraídas con China. Pero sobre todo, queda la posibilidad de aplicar a la única garantía de acción participativa de decisión colectiva sobre la vida y la humanidad entera a través de una consulta popular, aunque ésta sea confundida y crezca en medio del proceso de escoger autoridades seccionales.

Las preguntas pueden tener peso e impulsar el diálogo deliberativo. Por ejemplo, ¿cuál será el futuro de los pueblos no contactados? ¿A dónde serán desplazados? ¿El delito de etnocidio o genocidio tipificado en el Código Penal debe desaparecer? ¿La comisión negociadora del proyecto debe pagar sus viajes por el mundo si todo resultó un fracaso? ¿Aprueba la ciudadanía una política económica basada en la eliminación de subsidios como al gas, crear y subir impuestos, eliminar beneficios a funcionarios públicos y propulsar el extractivismo de recursos naturales a rajatabla?

En fin, la consulta se vuelve un apostolado ambiental con ribetes de resistencia, pero además un cuestionamiento al modelo de progreso mundial y al autoritarismo político hegemónico. No será suficiente aceptar una herencia llena de informes técnicos, ambientales y económicos como disculpa para explotar una zona protegida por ser considerada el ‘pulmón del mundo’ o acaso alguien prefiere no heredar sus pulmones y morir asfixiado, sobre todo el oro del mundo, como relatan historias de tribus amazónicas.

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