La propuesta de modificar el sistema de educación universitario raya en la necedad bajo la aparición de leyes forzadas pero sin consensos. Muy ajena a la realidad teórica y práctica de las profesiones que se requiere en el país.
Con la tal reforma educativa, miles de estudiantes se quedaron fuera de las aulas y una infinidad de profesores en el desempleo o con la propuesta de que a sus 55 años o más recién saquen su título de PhD –una especialidad para investigar- luego regresar becados y cansados para tramitar una jubilación.
A miles de jóvenes les tocó volver a empezar cuando estaba a punto determinar su carrera, mientras la ansiedad masiva por ingresar a cualquier universidad no está resuelta. Tampoco se explicó si las carreras técnicas y las áreas prácticas requieren ‘másters’ especializados.
Centenas de becas que el Estado entregó fueron cuestionadas por su nula ‘excelencia’ académica en el exterior. Decenas de padres denunciaron maltrato, mediocridad y apresuramiento para gestionar el futuro de alumnos sobresalientes, que al final sintieron hambre en otro país. Esto sumado a decenas de facultades cerradas por falta de estudiantes incapaces de sobrellevar una prueba de ingreso. ¿Acaso esta medicina resultó peor que la enfermedad?
Si se trata de un proyecto de supuesta ‘revolución’ de educación y salud que destapa la botella de lo absurdo, pues las facultades de medicina o las especialidades para formar profesores y pedagogos se quedan vacías o se cierran algunas porque la juventud no rinde según la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt).
La incertidumbre deambula en las universidades, pues es inaceptable que se exija el título de PhD al 80% y que hablen inglés, en un sitio denominado pluricultural, con gran cantidad de quichua-hablantes, educados con deficiencias desde la niñez y adolescencia.
¿Es posible tener 5.000 PhD en la universidad hasta el 2017? ¿Quién financiará las becas y para qué tipo de estudiantes servirán? ¿Esta es la solución a la educación o dejará más analfabetos y menos médicos y profesores?
Tal vez el cambio debió llegar primero en la educación de cada niño. Así el Consejo de Educación Superior parece enredado en parches que requieren antes un debate con los protagonistas: las universidades públicas y privadas y sus docentes. Si no hay planificación desde el jardín de infantes, para qué PhDs que no saben de práctica y menos de sobre-vivir en las calles.
PhD para niños : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo
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