Proforma 2015
El Código Monetario es un instrumento legal que permitirá ensanchar el
excesivo gasto fiscal con recursos de naturaleza privada. Al parecer la proforma
del próximo año intenta incorporar los 54 fondos privados a través del Banco del
Afiliado y sumar dinero con el re-direccionamiento de los créditos y los fondos
de liquidez de la banca. Esto con el pago del 0,5% sobre el monto de los
préstamos. Además el gobierno intenta reducir las utilidades de las empresas de
telefonía móvil del 15 al 3% para trasladarlos a las arcas fiscales.
Sin embargo, el Régimen rehúye tres realidades. Primero, el déficit
fiscal comienza a desbordarse. Segundo, no existe aún intención para limitar el
alto gasto público; y, tercero, tampoco hay propuestas para equilibrar el gasto
corriente con otras fuentes de inversión. Es decir, los rubros optimistas del
presupuesto de 2015 están atados a más endeudamiento, nuevos impuestos y a la
ilusión del precio del petróleo.
La deuda pública, que bordea unos 26,3 millones, tiene un ritmo de
crecimiento anual de 21%, mientras el déficit entre ingresos y gasto podría
bordear para fin de año unos 11,7 millones, según cifras oficiales. En este
escenario, las ventas anticipadas de petróleo, los pagos de amortización de
deuda y otros compromisos adquiridos con acreedores como China o Goldman Sach
reducen las oportunidades de endeudamiento de muchas empresas y entidades
estatales. Por ejemplo, obras como el Metro de Quito tendrán retraso por el
impacto que tendrán los mecanismos de autogestión y financiamiento de las
municipalidades, pues encenderán alarmas organismos crediticios como el FMI o el
Banco Mundial.
Además, los nuevos impuestos se direccionarán solo al bolsillo de la
clase media: en su alimentación a través de la denominada comida ‘chatarra’, el
uso de botellas plásticas, el consumo de cigarrillos y licores, la importación
de mercadería o las multas por contravenciones de movilidad. Todos estos son
tributos que generan ansia y miedo colectivo para los estratos medios de los
ecuatorianos, pero no reflejan alguna efectividad financiera.
Por último, el precio del petróleo internacional depende mucho del
conflicto bélico en Medio Oriente y la política petrolera estadounidense que
tiende al alza de su producción interna. Cabe anotar que existirá un comercio de
crudo estancado con China durante el 2015. Así, el rostro económico del país
permanece cubierto con esa máscara brillosa y alegórica que fue confeccionada
con la política populista del siglo XXI.
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