lunes, 18 de agosto de 2014

Sismos y Metro : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo

Sismos y Metro

Quito fue construida por comunidades preincaicas por alguna razón astronómica en la línea de dos hemisferios. Los senderos y fisonomía arqueológica se caracterizaban por su estilo cosmogónico que interpretaba la visión del mundo andino en la mitad del planeta o en sus cercanías. Se dice que el Cuzco tenía la forma de un puma y Quito, de jaguar. Cada barrio tendría las cualidades zoomórficas de sus planificadores. Mucho de aquella ciudad cuzqueña, con esas cualidades del valle sagrado de los incas, se volvió a reinterpretar con la llegada de los aborígenes del sur a Quito. Luego vinieron los españoles, que matizaron a la ciudad como una centralidad de un viejo reinado pero para armonizarla con carruajes y callejuelas al ritmo del paso de caballos. En tiempos de la Colonia, la urbe ya soportó la orografía e intensidad de una geografía improvisada. En reiteradas ocasiones, capillas y algunos íconos arquitectónicos quedaron en escombros con los terremotos.


Resulta paradójico volver a construir en el mismo escenario y una urbe progresistoide. El colocar un Metro de transporte en Quito es una aberración que si no se la analiza con todas sus consecuencias sobre un territorio propicio para sismos, temblores y terremotos, las responsabilidades no quedarán solo para sus mentalizadores.


El cuerpo de una persona que fue hallado en una fosa de agua en Catequilla, en la Mitad del Mundo, después de un sismo de magnitud 5,1 en la escala de Ritchter, es una alerta para cualquier urbanista con sentido común. Esta semana se registraron víctimas en un sismo que podría no alcanzar la grandilocuencia de una destrucción masiva y menos subterránea. El temblor o sismo siempre será una alerta a la esquiva planificación de cualquier ciudad. Los problemas de movilización urbana requieren de varios ejercicios de planificación con diferentes panorámicas de riesgo y propuestas de prevención ciudadana.

Sin embargo, el Metro de Quito no solo presenta una sobrevalorización económica en su propuesta, sino que requiere de una ciudadanía que visualice los riesgos de adaptar una macro-obra sobre esta topografía. Tantos barrios y callejuelas que fueron pensadas para el paso de caballos, quedan distantes del urbanismo expansionista del nuevo milenio. Estamos a tiempo para planificar la ciudad que todos queremos.

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