domingo, 18 de mayo de 2014

Conaie sin miedo : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo

Conaie sin miedo 

Nadie entiende la insensatez y exageración de
acusar a los sarayakus de separatistas por ofrecer protección a tres perseguidos
de la justicia ordinaria que son políticos, no delincuentes. Una acusación
personal, por muy injuriosa que parezca en las cortes, no puede evolucionar a
una instancia de seguridad nacional con movilización de todo el aparataje
militar y policial cuyo único objetivo es propagar el miedo.
El pensador búlgaro Tzvetan Todorov decía que
siempre es bueno perder el miedo a los bárbaros porque el miedo lleva a más
barbarie y lo que parece es que las comunidades indígenas lo perdieron y la
barbarie se llamará explotación del parque Yasuní. Más cuando un gobernante
confunde la política como guerra y pretende dividir a la población entre amigo
o enemigo.


Con nuevos alcaldes, discursos de
ofrecimiento y planteamientos diversos en los gobiernos seccionales, ahora viene
el segundo frente político abierto. Esto es el cambio de cabeza de la
organización indígena y social más grande del país: la Conaie; sus bases, que
desde hace algún tiempo exigían una resistencia más radical ante la represión de
la protesta social y la persecución política, insisten en no ceder ante el
oficialismo y claman por fortalecer la estructura organizativa que defienda sus
derechos, tradiciones y territorios.
Mónica Chuji, también sarayaku, se
presentó como postulante para re-direccionar y debatir sobre plurinacionalidad,
buen vivir, territorialidad y educación, pero los puntos críticos se centran en
negociar las leyes de Aguas, Tierras y Minas. No será necesario explicar al
Estado que unos fusiles de caza no justifican un discurso temerario del supuesto
paramilitarismo como quiere hacer pensar la autoridad.


 El indígena tendrá que dejar atrás al sujeto
controlado e identificar con claridad al ente controlador. A ese estímulo
envolvente que regula a las poblaciones, pues el miedo siempre es plural:
inseguridad, desempleo, accidentes, catástrofes, delincuencia común,
endeudamiento, armas, paramilitares y hasta el fin del mundo, pero a los seres
vivos y al poder político hay que separarlos. Sin miedo otra es la historia.





 

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