sábado, 4 de agosto de 2012

‘Un buen dictador’ : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo

‘Un buen dictador’ : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo La madre del fundador de Wikileaks, Christine Assange, interpretó el país como un sitio con un ‘buen dictador’ con gente sonriente. Un escenario cotidiano de control, restricción, castigo y desconfianza pero visto con un signo de ingenuidad masiva, donde rendir cuentas antes de comicios electorales es una quimera porque existe este ‘buen dictador’ que mantiene contenta a las élites y alegres al resto.

Quizá para la madre de un anunciado reo -acusado por delitos de acoso sexual-, sea imperceptible el prólogo de algún fraude electoral o notar el mayor escándalo de corrupción de una nación. Esto por la venta de firmas desde el interior del organismo encargado de realizar la inscripción de movimientos políticos participantes y después organizar las próximas elecciones. Tampoco debe conocer que el ‘buen dictador’ tal vez esté rodeado de subalternos peligrosos o incluso mafiosos.

La madre de Assange no sabe que por acá también hay ‘hackers’, con idénticas cualidades y características que su hijo, pero que protestan y amenazan con hackear al ‘buen dictador’ porque ellos sí defienden la libertad de expresión en las redes sociales y rechazan la aprobación de un reglamento para abonados y clientes de las telecomunicaciones que empataría con la Ley Mordaza, pues un artículo exige a los proveedores del servicio de Internet proporcionar las direcciones IP de los usuarios, para monitorear, rastrear e intervenir.

 Los colegas de Assange, Anonymous, consideran que el ‘buen dictador’ no está conforme con la clausura e incautación de medios de comunicación, que cerró ya una decena de radios y esta semana, por segunda vez, a la revista Vanguardia, todos por ser críticos y no alineados con él. Simplemente, creen que ‘Ecuador está pasando por su mal momento en contra de los que piensan diferente…’.

La señora Assange derramó lágrimas, mezcló nostalgia, populismo y medios junto la imagen de un ‘buen dictador’ para inclinar la balanza a su favor; ahora todo está servido para que su hijo obtenga el asilo y venga a explicarnos como ‘hackear’ información confidencial y dominar la circulación de mensajes en la red. Por otra, queda la ironía que no tendrá libertad para hacerlo por que violaría una infinidad de normas y leyes locales. Sin embargo, el próximo trabajo de Wikileaks podría estar alineado y perfeccionar el espionaje para investigar opositores, fomentar un discurso apocalíptico y perennizar a su nuevo aliado.

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