Apatía y vacaciones
Por Kléber Mantilla
Cisneros
La ausencia del presidente Rafael Correa, a causa
de sus vacaciones en Bélgica, traza líneas de apatía incoloras en un lienzo pictórico
sobre los dioses del Olimpo y un sillón gigante para quien intente imitarlo en
sus lides cotidianas. No existe aún tonalidad que plasme los casos de abuso de
poder político, económico o social ni la mala intensión de los súbditos del
sector público. Nadie se arriesga a investigar y retratar la realidad desde que
se aprobó la extraña Ley de Comunicación. Por ahora, hay poco que leer en la
prensa y nada que ver en televisión, quizá porque junto a la desaparición de
las plagas bíblicas de advertencia a los esclavistas: moscas, ranas, langostas
y tormentas de granizo y fuego, parecería que desapareció, también, la
corrupción porque pasó al mundo onírico de las sombras y el olvido de los
fiscales. ¿Acaso todos se fueron de vacaciones?
Si la solución era, según el discurso oficial,
dibujar otra estructura jurídica y moral de la sociedad, habría que equilibrar pesos:
los avances en acuerdos arancelarios históricos frente a una pretendida Ley de
incentivos para el sector productivo. Y, la otra diplomacia, la que replantea viejos
tutelajes porque no concibe los gobiernos como pandillas frente al espionaje policíaco internacional. A lo mejor,
la unión de países latinoamericanos sí valió para exigir explicaciones por una
supuesta red de espionaje mundial, pero cuidado cuando la represalia aísla si
no se manejan principios y respeto en doble vía y garantías a las libertades
internas.
Más bien, en silencio y con pincel oculto, se
plasmó un decreto presidencial para que las organizaciones sociales y los
ciudadanos fueran controlados por una secretaría de gestión política que prohíbe
la actividad partidista, ‘de injerencia en políticas públicas que atenten
contra la seguridad del Estado’, según el artículo 26. ¿Qué significa esto? ¿Censurar
lo qué habla la gente? ¿Vigilar a quien piensa distinto? ¿A quién razona sobre
el poder, los políticos, la farándula y las vacaciones de Correa? ¿Modificar el
derecho de asociación según la interpretación de ‘la seguridad oficial’?.
En fin, verano en Europa. Ropa playera. Zapatillas
sin medias. Frutas al desayuno. Vasos con hielo y Campari como en Carondelet.
Centros comerciales, cine y galerías. Poco tráfico, restaurantes con terrazas y
nuevos amigos. Lo íntegro en Bélgica, donde está el cuadro para maquinar cómo
organizar, construir y destruir libertades. Unas completas vacaciones para
pintar la actividad pública y privada. Por acá, otra pintura: ya nadie paga
sobornos ni entrega beneficios y servicios especiales a los funcionarios dentro
de ese engranaje empresarial y público que se ha propuesto recrear al caudillo
ausente.
@klebermantillac
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